Durante la comida, las damas elogiaron un retrato de un joven pintor. "Lo más admirable", añadieron, "es que aprendió solo".
Esto saltaba a la vista en las manos, no correcta ni artísticamente dibujadas.
"Es obvio", dijo Gothe, "que esté joven tiene talento; pero ustedes no deberían elogiarlo, sino censurarlo, por haber aprendido sólo. Un hombre de talento no nace para dejado a sus propios recursos, sino para consagrarse al arte y los buenos maestros que harán algo de él".
Johan Peter Eckermann, conversaciones con Goethe
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Esto saltaba a la vista en las manos, no correcta ni artísticamente dibujadas.
"Es obvio", dijo Gothe, "que esté joven tiene talento; pero ustedes no deberían elogiarlo, sino censurarlo, por haber aprendido sólo. Un hombre de talento no nace para dejado a sus propios recursos, sino para consagrarse al arte y los buenos maestros que harán algo de él".
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