Establecer Precios....

El establecimiento de precios de un producto ha tenido evoluciones a lo largo de la historia. En algunas épocas, la calidad del producto determinó el precio de un producto en comparación a otro de características de uso similares.

Cuando el tema de la calidad se dispersó a nivel mundial en todas la organizaciones de bienes y servicios mediante conceptos claros de prevención, control, gestión, sistemas, etc., el grado de calidad fue acortándose de producto a producto y este tema dejó de ser una variable en el establecimiento del precio de un artículo e, incluso, de un servicio.

Así, los consumidores de productos y servicios se hicieron más sensibles a los grados de calidad de lo que adquirían y por ende de los precios, de manera que la competencia entre fabricantes inició con formas de diferenciarse entre ellos partiendo no únicamente por la calidad de los productos sino de los precios que el mercado demandaba.

Comento esto de los precios porque tuve una experiencia algo inusitada en materia de precios. En San Luis Potosí, México, es común salir a cenar con la familia y amigos en puestos de tacos, algunos de ellos bien establecidos y otros ambulantes o semifijos. Esta tradición es más sólida que la salida a comer a lugares de comida rápida o restaurantes establecidos en forma. Pues bien, en una de esas salidas a cenar tacos en familia, solicité la cuenta luego de una buena tanda de tacos de pastor, de chorizo, de "machitos", entre otras delicias.

La mesera que nos atendió acudió rápidamente a pasarme la cuenta y encontré algo que me llamó poderosamente la atención: los refrescos que habíamos consumido los estaba cobrando a 16 pesos cada uno. Me llamó la atención el hecho debido a que los tacos disfrutados tenían un precio de 4 pesos, es decir, los refrescos eran 4 veces más caros que la propia comida, motivo, fin o razón de ser del establecimiento.

Inmediatamente vino a mi mente el precio de un refresco en una tienda de la esquina o en un centro comercial. Pensé: "si el precio de un refresco varía entre los 4.50 a los 5.50 pesos dependiendo del producto y el lugar en donde se consuma, el fabricante de estas bebidas lo estaría ofreciendo a un precio inferior a esto para que el establecimiento vendedor del producto obtenga su ganancia. Si a este establecimiento de tacos le están otorgando un precio de compra de, digamos 4.00 pesos, el fabricante le estaría sugiriendo un precio de venta al público de no más de 6.00 pesos. Pero no, el establecimiento, por más restaurante que sea, no puede venderlo a casi 3 veces su valor esperado de venta".

Evidentemente externé mi inconformidad y la respuesta que obtuve fue: "así los vendemos aquí".

Jamás regresaré a ese lugar.

De la misma manera, cuando pensemos en el establecimiento del precio de un producto, debemos de considerar el conocimiento que tiene el público de precios de productos similares, ya que esto generará un malestar en los consumidores que se sentiraran ofendidos por el cobro excesivo (si fuera el caso) y probablemente les pase lo que a mí, que jamás regresaré al lugar este de tacos con precios elevadísimos en los refrescos.

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