El cambio es permanente en la vida y la forma en que uno se adapta a los cambios es la que determina el crecimiento y evolución como persona inteligente y capaz de aprovechar las oportunidades y hacer de ellas un peldaño más que nos lleve al éxito.
Al éxito sólo llegan las personas comprometidas consigo mismas, que saben afrontar los riesgos de querer ser diferente a los demás. Esto se logra con una voluntad inquebrantable de superación, que día con día va creando una actitud sobresaliente para involucrarse en las responsabilidades personales.
Aquí cabe la pregunta: ¿Hasta que punto te conoces tú mismo? y ¿Hasta donde está tu decisión personal de avanzar en el camino que te has trazado?.
Todos los días la vida nos pone a prueba con el propósito de ver hasta donde somos capaces de tomar las decisiones más apropiadas de acuerdo a la realidad que vivimos y de éste modo avanzar en nuestra búsqueda constante del éxito.
Tu responsabilidad en el desempeño diario te lleva a descubrir o cuando menos a intentar saber hacia quién estás dirigiendo tus acciones, tus esfuerzos; que tipo de personas deseas que compren tus ideas, tus inquietudes, tus servicios.
Como empresario: ¿Ya te pusiste a pensar hasta que punto está tu avance dentro del círculo en que te desenvuelves? Uno de los grandes principios administrativos es lograr que las cosas sean hechas por otros con el menor costo posible y siempre en nuestro beneficio. Esto es importante y por tal motivo se debe analizar detenidamente.
El verdadero empresario es aquel que conoce exactamente que es lo que está produciendo, hacia quién dirige sus esfuerzos productivos, para poder determinar quienes son sus clientes; él sabe que siempre debe actuar para satisfacer al cliente; su crecimiento tanto personal como profesional depende de la forma en como satisfaga las necesidades de sus clientes y a la vez debe estar atento para identificar nuevas necesidades y estar en opción de satisfacerlas y así ampliar su mercado competitivo.
Esto quiere decir que dicho dirigente debe tener una visión estratégica para crear nuevas oportunidades tal vez por medio de una diversificación de sus productos.
Este es el prototipo de ejecutivos que requiere la empresa de hoy; gente con perspectivas de cambio, que vean cada obstáculo como una oportunidad de avance, y que sepan enfrentar los riesgos con la actitud de un gran ejecutivo.
Hoy en día, a toda empresa le hace falta un ejecutivo; esa es la vacante que tiene y que ofrece a quién se sienta verdaderamente un ejecutivo. Toda empresa podrá tener todos sus puestos cubiertos, podrá tener saturación de personal; pero sigue buscando a ese ejecutivo. Un ejecutivo que sepa fomentar una "cultura empresarial", en donde todos estén unificados en criterio y que junto con una mentalidad estratégica sepa guiar al equipo de trabajo que está al servicio de la empresa hacia la senda del éxito.
Una cultura empresarial, la cual empieza desde el mismo hogar del individuo; ya que al igual, su vida personal es una empresa que debe saber guiar, que tiene que conducir lo más acertadamente posible.
Un ejecutivo debe estar totalmente dispuesto para enfrentar los retos que día con día se le presentan, tanto en su vida personal como profesional y jamás debe mezclar los problemas. Debe empezar por fomentar una cultura de desarrollo en su propia familia, vigilando su comportamiento, su actitud, su forma de pensar ante los demás; debe procurar brindar un ejemplo de superación personal, de desarrollo y no de frustración o de desacuerdo, que en todo momento repercutirán en su ambiente profesional.
Ese tipo de ejecutivos deben cambiar su actitud, ya que su futuro está en respuesta a su comportamiento, a como sepa unificar criterios, en como sepa hacer participar a los demás en el objetivo común de la empresa.
Debemos recordar que una persona que está a gusto en su ambiente laboral produce más y mejor y está dispuesta a dar siempre su mejor esfuerzo; esa es la tarea que tiene el nuevo ejecutivo; que al igual que en su familia intente hacer un grupo organizado, de lucha, de trabajo, que sepa afrontar los retos con optimismo
Pero sobre todo que tenga comunicación con los integrantes de ese grupo, para así saber hacia donde los guía y saber cual es el objetivo por el cual están trabajando. Profesionalmente debe conocer a profundidad cual es el objetivo que persigue su empresa; saber cuales son sus fuerzas y cuales son sus debilidades para hacer de su actuación sólo avances y resultados óptimos.
Así vemos que el nuevo ejecutivo debe poseer una mentalidad estratégica para saber crear una cultura empresarial que asuma el compromiso personal de cambiar su propia forma de ser y adaptarse al desarrollo que le exige la realidad en que vive; éste desarrollo exige cambios en su conjunto de valores, creencias y comportamientos que forman el núcleo de su identidad.
Ahora vemos que las compañías con calidad humana total son aquellas que tienen a los ejecutivos con una mentalidad abierta y dinámica , para llevar a su empresa a un nivel competitivo y lo toman como algo natural y actual, porque son personas que están preparadas tanto psicológica como intelectualmente para aprovechar mejor su propia personalidad.
"¿TE GUSTARIA SER UNO DE ESTOS EJECUTIVOS?"...
ATTE:
AURELIO CARDONA SANCHEZ
Director General IPRH
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