UNA FECHA ESPECIAL

 

 

Princesa Mía:

Al momento de escribirte, no dejo de pensar en la posibilidad de viajar por el tiempo. Y lo hago porque, en esta fecha tan especial para ti y todos los que te queremos, quisiera tener a la mano esa posibilidad de viajar por el tiempo y recorrer todos los momentos en los que nos has traído felicidad y, porque no, de los momentos futuros que viviremos con tu sola presencia.

Primero, viajaría al pasado para revivir aquel momento en el que,  el ginecólogo en una sala contigua a la que estábamos tu hermano y yo, le comentó a tu Mami: "Es una niña". Comentario que hizo que, tanto Emiliano como yo, volteamos rápidamente a la pantalla de televisión colocada en una esquina y que mostraba, por primera vez en nuestras vidas, aquél ser que tanto estábamos esperando. No puedo dejar de mencionar que, como anécdota chusca, Emiliano quien esperaba a Diego, su compañero imaginario de juegos mientras tu Mami estaba embarazada, exclamó: "¡Qué lástima!", al saber que era una princesa en el vientre de su Mami, en lugar de un posible  futuro compañero de juegos.

Y de ahí, recorrería cada uno de los pasajes que mi memoria ahora tiene como recuerdos. Aquellas ocasiones en las que, para apoyar a tu Mami, me tocaba alimentarte por la noche y en la que mi desesperación porque no dejabas de llorar, recurría mejor a despertar a tu Mami para que te tranquilizara. Si tuviéramos una foto de tus Papás de aquellas noches, fácilmente nos confundirían con los personajes de las películas de vampiros, por aquello de las ojeras que presentábamos por no dormir al estar vigilándote. O aquella ocasión que te dejé por primera vez en el kínder y el llanto que nos provocó a tu Mami y a mí, el dejarte en manos ajenas. Reviviría aquellas tardes en las que platicábamos no bien empezaste a aprender palabras. Y me cantabas, y me bailabas, y me hacías pasar como uno de tus alumnos cuando jugábamos a la escuelita, y me sorprendías cada vez con palabras nuevas.

Recorrería cada presentación escolar a la que nunca falté – y a las que seguiré asistiendo - siempre con la idea de verte desenvolverte en un escenario, de verte disfrutar y, sobre todo, de sentirme el Papá más orgulloso de la puesta en escena, del bailable, de los coros y declamaciones que tan bien realizabas. Si de algo m siento más orgulloso, es de la seguridad que tienes cuando te paras ante un público. ¡Ya quisieran muchos esa seguridad tuya!

Y volvería a todos los viajes que hemos hecho. De pedirte perdón nuevamente por incluir siempre visitas a museos e iglesias que tanto me gustan pero que interrumpen los planes de los otros miembros de la familia. Seguiría pidiéndote perdón pero ya con menos intensidad porque, en los últimos viajes, he visto que ya te empiezan a agradar esas paradas que he hecho obligadas a esos lugares turísticos.

Y volvería a comparte todos los juguetes del mundo, no importando que tu Mami me diga que siempre he sido consentidor contigo. ¿Recuerdas tantas muñecas que te compré? Aún recuerdo alguno de los nombres con que las bautizaste. Recuerdo que no salías a la calle sin alguna de ellas. No olvidaré que a uno de ellos lo vestías del Cruz Azul porque sabías que era mi equipo.

¿Y qué me dices de tu pasión? Volvería a grabar en video todas y cada una de la presentaciones de ballet que protagonizaste. Recuerdo que, en muchas de esas grabaciones, la toma salía fallida porque el llanto que me embargaba el verte en el escenario, me impedía hacer una grabación de calidad. Y me volvería a enojar con todos aquellos padres que no me permitían verte en el escenario. Y volvería a sentarme en los asientos cercanos a los pasillos o en las primeras filas, no importando que tuviéramos que llegar temprano al evento, para verte y filmarte cada movimiento y melodía que realizabas. Mi corazón aún está y seguirá enamorado de esas presentaciones.

Y volvería a emocionarme con cada ciclo escolar que iniciabas. Grabaría en video -como lo he hecho hasta la fecha-, ese primer día de cada ciclo escolar, aunque tu enojo conmigo se presente. Estoy seguro que, en mi vejez, volveré a ver esos videos que me harán emocionarme como cuando los filmo.

Y regresaría a los tiempos en los que te enojabas conmigo por no darte permiso para una fiesta o para irte a quedar a la casa de una amiga. Y lo haría ahora, para explicarte las razones que no te daba para negarte el permiso. Probablemente sea mejor decírtelas ahora que tienes más edad que aquellos tiempos. Estoy seguro que me entenderás. Pero, aún así, regresaría a ese tiempo para volverte a negar esos permisos que forman parte de tu educación ahora.

Y ya que tengo ese poder de viajar por el tiempo, probaría mi suerte para ir al futuro y ver lo maravilloso que se te presenta. Volaría por el tiempo para ver como terminas tu secundaria, tu preparatoria y el momento en el que decidirás tu carrera profesional. Te daría la mano para acompañarte a tu examen de admisión y quedarme ahí hasta que lo termines. Vería mi imagen y la de tu Mami bien vestidos para ir a tu graduación y escuchar tu nombre cuando te entreguen tu diploma. Ese día lo sueño desde que el doctor mencionó: "¡Es una niña!"

Y jugaría con el viaje al futuro para esquivar la etapa en la que te enamorarás y recibirás tu primer beso. Esa etapa no me la permitiría ver.  Y no porque no quiero que te enamores. Sino porque no la quiero ver en este momento. Prefiero vivirla una sola vez. Esa etapa quiero vivirla en el presente, aconsejándote si lo deseas, poniendo mi hombro para consolarte si lo deseas, siendo tu amigo y no tu Papi.

Y me trasladaría a otros momentos, a otras dimensiones, para verte en tus próximas facetas. Pero detengo en este momento mi pensamiento y la máquina del tiempo para concentrarme en la fecha especial del día de hoy. El futuro lo viviremos juntos. Será maravilloso, no tengo la menor duda. Pero el presente es lo que me ha hecho escribirte esta carta.

 

 

 

Mi niña querida:

Hoy que cumples tus primeros quince años quiero decirte lo feliz que me ha hecho la vida al tenerte a mi lado. Has sido una bendición para nosotros. Tu sola presencia nos llena la vida de un brillo que no pueden describir las palabras.

Quisiera darte miles de consejos, pero es mejor guardármelos para otras etapas de tu vida. Ahora, el único consejo que te doy es que le des gracias a Dios por todo lo que recibes de tus Papás, Hermano, Abuelos y Abuelitos, de tus primos y primas, de tus Tíos, de tus amigas y amigos.

Siempre se agradecida con Dios porque Él te ha dado la vida para que la vivas como hasta ahora lo has hecho, estudiando, amando a tus Padres, siendo educada con ellos, sin vicios, llena de alegría. Reza cada día para que Él te acompañe a todos lados y te ayude a tomar las mejores decisiones en esta etapa de la vida que recién inicia para ti. Etapa en la que conocerás de todo, lo bueno y lo malo, las buenas y malas amistades, los buenos y otros caminos. Él te guiará como hasta ahora lo ha hecho y te apoyará, como lo haremos nosotros en cada momento, para que tus decisiones sean basadas en los que has aprendido en familia.

Recuerda que no basta que nosotros te cuidemos, es necesario que tú también te cuides para que siempre tomes el camino que esperamos de ti.

Ese sería mi único consejo en este tu día.

Te quiero ahora más que nunca.

¡Felices Quince Años!

 

Tu Papi.

 

 

 

 

 

 

Septiembre, 2013

 

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